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Desde finales del año 2018, esta frase aparece en diversos medios académicos, registrando una gran preocupación en países que muy pronto conmemorarán los cuarenta años de retorno a la democracia, tras las dictaduras militares de los años setenta. La Revista Nueva Sociedad 278 (Noviembre - Diciembre 2018) se ocupa del tema con titulares como “¿quién custodia a los custodios?” democracia y uso de la fuerza en América Latina, de la politóloga argentina Ruth Diamint. Según su análisis, ellos reaparecen en la escena latinoamericana ya no desde el golpismo sino como parte de proyectos de seguridad pública interna. En Ecuador se reaviva el proyecto militar de Seguridad Nacional. Los interesados pueden leer la revista online en el enlace mencionado al pie. Esta constatación viene aparejada con el evidente deterioro de la democracia en la región y con el aumento de una opinión pública punitiva favorable al uso de la fuerza. El tema ideológico, parece no importar. En Venezuela, élites militares han constituido una estructura extraña, que aporta doblemente al monopolio de la fuerza por parte de la dictadura, y desarrollan grupos civiles -milicianos- que replican y tratan de perpetuar la opresión de los ciudadanos. En el caso de gobiernos de otras tendencias, acosados por el caos que representa la inseguridad en todos los aspectos, les dan vía libre para que las viejas cúpulas doctrinarias de la seguridad nacional tengan la oportunidad de repetir sin ni siquiera actualizar, sus estrategias de poder, a costa de las instituciones. Los altos índices de aprobación que alcanzan los militares en las encuestas, deberían preocuparlos porque, paradójicamente, esto los aletarga, por ello no se sienten conminados a renovar sus procedimientos. Podría incluso merecerles un atraso histórico inminente en cuestiones de defensa, ahora más complejas. Pensar que harán fácilmente tareas policiales es un error, desconocen las especificidades de estas misiones, no están dentro del ámbito jurídico correspondiente, estorbarán el desarrollo de la institución policial sin rédito ninguno para el país y solo contribuirán al fracaso de los gobiernos en esta materia.