Abstract:
La pandemia por covid-19 y sus consecuencias en la dinámica social latinoamericana exacerbó de forma vertiginosa los signos de agotamiento del modelo económico implementado en América Latina durante las últimas cuatro décadas. El colapso de sistemas de salud, y el decrecimiento económico cercano al que se experimentó durante la Gran Depresión agravaron la dolorosa desigualdad social que caracteriza a nuestra región –la más desigual del mundo–. El desmantelamiento de la infraestructura hospitalaria en la región durante decenios y la insuficiencia de apoyos para que las familias soportaran la crisis económica hicieron evidente el poco interés que nuestros gobiernos han puesto en construir sistemas sociopolíticos que den soluciones estructurales a la pobreza y la desigualdad. El trabajo y la educación remota puestos en práctica de manera masiva durante la contingencia pandémica pusieron en evidencia la enorme brecha tecnológica presente en nuestros países. La tendencia de los estados nacionales a empobrecer los sistemas de bienestar y promover políticas públicas que privilegian la inversión privada como medio de para impulsar el crecimiento económico y la generación de empleo, limita el acceso de los ciudadanos a los servicios fundamentales y, a la postre, ha debilitado la cohesión social y generado un relevante descontento ciudadano.