Abstract:
La sociedad en la que vivimos puede ser descrita como un sistema de comunicaciones altamente complejo, diferenciado en múltiples subsistemas, cuyas operaciones tienen un alcance mundial (Luhmann, 2007). A estas alturas de su evolución histórica, es evidente que la sociedad moderna no tiende a la armonía ni al “progreso”, al contrario, se trata de un sistema alejado del equilibrio, cuya creciente complejidad lo expone a diversas perturbaciones, sin que existan ajustes automáticos ni mecanismos claros que garanticen la solución de los problemas. La sociedad moderna se “irrita” constantemente a sí misma, tanto en su ambiente interno (las relaciones entre los subsistemas), como en lo que respecta a su entorno (el medio ambiente ecológico y los individuos humanos).