Abstract:
La enfermedad es, desde su primer libro, uno de los lugares de enunciación privilegiados de la voz poética. Esa yo hiperestésica, abierta al mundo, asume –en este primer poema- que por su condición todo se dificulta, todo se hace insufrible, todo se vuelve trágico, lívido; todo se hace adorable. Su percepción del mundo es exacerbada y, sin embargo, no es difícil suponer que, para la entonces joven Ileana, la condición de enfermedad esté conectada a su ser para la poesía. Esto significa, en el plano de la autofiguración de la poeta, pensar a la enfermedad como una metáfora de su propia sensibilidad de escritora (…) La vivencia del cuerpo, los avatares del cuerpo drogadicto parecerían acarrear, como dispositivos ideales de la memoria, todas las formas de la melancolía, todos los temas de la poesía de Ileana Espinel.